Puerto de Denia, 1613. El rey Felipe III decreta la expulsión de los últimos moriscos.
María Moraima decide recopilar los romances de influencia arábiga para llevárselos consigo a Túnez y salvarlos de su desaparición.
Mientras espera la salida del barco, por la habitación de su venta aparecen personajes que le ayudan en esa labor: gente del pueblo, memoriones que viven de aprender las obras teatrales de la competencia, vendedores de pliegos de cordel, la amante de Lope de Vega, soldados mutilados en Lepanto
Su labor se ve interrumpida por la urgencia de terminar el trabajo antes de partir. Ya en el siglo XX, Ramón Menéndez Pidal y otra María, su mujer María Goyri, retomarán las trazas de aquella morisca anónima, reconstruyendo el legado de aquel crisol de culturas perdido.
En un lugar del romancero es un espectáculo pensado para poder evocar un mundo de andanzas. Tres intérpretes a través de la música, la palabra y el gesto, encarnan a una serie de personajes. Una hora de
función que despliega un sentido del tiempo flexible permitiéndonos, gracias a su dramaturgia, viajar desde el barroco, al medievo, y a principios del siglo XX.
Una propuesta de Begoña Caparrós
Concepto Eva Hibernia y Albert Tola
Textos Romances de frontera y moriscos anónimos, romances de Lope de Vega, Cervantes
Dramaturgia y textos Albert Tola
Dirección Escénica y concepto espacial Eva Hibernia
Dirección musical y arreglos Dani Espasa
Producción Jeloudoli
Producción ejecutiva Cristina Reventós
Diseño de Iluminación Quico Gutiérrez
Vestuario y atrezo Frank Ruiz
Fotografía Borja de Corral
Asesoramiento sobre el romancero Antonio Cid, director de la fundación Menéndez Pidal